Todavía no es muy consciente de que quedarse en lista de espera para hacer Bachillerato en su instituto “cuando tocaba”, fue clave para el cambio de vida tan grande que ha tenido en los últimos 6 años. Entonces, se quedó sin plaza y se apuntó al Grado Medio de Atención a Personas en Situación de Dependencia, al igual que hicieron dos amigas suyas. “Al terminar el Grado Medio, empecé a estudiar también Auxiliar de Enfermería hasta que lo tuve que dejar por trabajar en una residencia de personas mayores. Enseguida me di cuenta de que lo sociosanitario no es lo mío”.
Lucía Ruiz, tiene ahora 23 años y hace, tan sólo unas semanas, ha comenzado el primer año de “Bachelor en Hotelería Internacional”, en la Escuela Internacional de Administración Hotelera Vatel España, con el reto de aprobar todas las asignaturas año tras año. “Me asusta un poco, siento presión porque todos los de Pinardi estáis convencidos de que lo voy a conseguir y sé que lo voy a hacer porque cuento con mucho apoyo y voy a ir ¡A por todas!”,asegura Lucía.
Pinardi ha apostado por ella, este año académico, para ser la alumna que cuente con la gran oportunidad de estudiar en la Escuela Vatel España. Igual que hizo, en años anteriores, con Lissmellys, Jennifer, Yhoselin, Imad, Asma, que obtuvo el mejor expediente académico de su promoción o Gemmary, que actualmente trabaja en el hotel Meliá Serrano.
Lucía siguió los pasos de su novio Gonzalo y llegó a Pinardi hace 3 años sabiendo que quería hacer sala desde el principio, “me acuerdo que Berta lo primero que me dijo fue ¡Qué decidida!” y, sin embargo, todavía recuerda el día de la formación previa en Pinardi que estuvieron ensayando cómo llevar bandejas con vasos y platos “terminé llorando del dolor de manos que tenía”. Tras superar la entrevista de selección y “los nervios de enfrentarme a Concha que me imponía un montón” empezó su formación del proyecto “Primera Experiencia Profesional” en el Hotel TRYP Airport Suite de 3 meses de duración. “Estar con Manuel fue una pasada, es muy buen líder y nos animó mucho desde el primer día. Recuerdo que acabábamos de llegar al hotel y recibió una llamada de que llegaban 300 clientes de golpe y no nos pusimos nerviosos. Nos dijo muy seguro de nosotros: necesito que me ayudéis. El trabajo es éste y ¡vamos a empezar!”
El 8 de enero de 2018, cambió de hotel, como establece la segunda parte de la formación, en el Hotel Meliá Barajas. Los primeros días, reconoce que llevó bastante mal el cambio porque “pensaba que lo controlaba todo, pero era todo diferente, era como empezar de cero. Los compañeros más mayores que yo, no estaba Manuel. Me acuerdo que fui a hablar con Berta y me dijo que estuviera una semana más para adaptarme y, de verdad, que fue de las mejores decisiones que he tomado, porque en ese hotel hay gente maravillosa, profesionales increíbles y Lara ha sido como una segunda madre para mi”.
Ha estado contratada más de un año y medio en un lugar que ella define como “las trincheras, se aprende mucho porque hay mucho trabajo que hacer. “He descubierto mi vocación y que me quiero dedicar al mundo de la hostelería, creo que también influye que he tenido a mi lado a los mejores profesionales. He nacido para cumplir mis sueños, quiero ocupar un puesto de responsabilidad en un hotel, siempre gracias a mi trabajo y esfuerzo. Me encanta ser camarera, supervisar eventos y no me pongo límites para crecer. Estaré siempre muy agradecida a Pinardi, porque si no llega a ser por ellos, no hubiera entrado nunca en Meliá, sin estudios, sin experiencia, eso es impensable”.
Lucía quiere trasladar un mensaje a los jóvenes que se preparan ahora para empezar en «Primera Experiencia Profesional» “Aprovechad el tiempo y agradeced el trabajo y la oportunidad que os están dando para aprender y conocer un oficio. A mí, decir que venía de Pinardi me abrió puertas y es una carta de presentación muy buena”.
Su sueño es que en el año 2023 “salga viva de los 4 años de estudios y trabajo en gestión en hoteles fuera de España que tiene por delante”. Lucía asegura que cuando se propone hacer algo quiere que le salga perfecto. Lo que todavía no es consciente, y aprenderá con los años, es que es más importante luchar por su progreso en la vida y no tanto pensar en la perfección.